(Fuente: Jano; imagen: J.C. de Pedro)Escribe el Sr. López Jiménez que las antenas de telefonía móvil no suponen un riesgo para la salud, y se queda tan tranquilo. Claro está que se basa en el artículo del ya conocido Prof. Vargas en "Medicina Clínica".
Achaca el autor al sensacionalismo de los medios de comunicación, que están llevando al error a la población, que cree que las antenas de telefonía móvil sí son nocivas para la salud. Que, con los niveles propuestos por la ICNIRP en 1998, ya podemos estar tranquilos.
Pues nosotros no lo estamos. Sin ir a ningún medio de comunicación:
- Resumen de estudios científicos que muestran otros resultados.
- Revista SCIENCE noviembre 2008: las radiaciones de la telefonía móvil SÍ pueden dañar el ADN.
- El pasado 4 de septiembre de 2008, el Parlamento Europeo declaró los límites establecidos por la ICNIRP como OBSOLETOS y que no garantizaban la protección de grupos de población vulnerables.
- Rusia (RNCNIRP) alerta del riesgo que supone el móvil para los menores de contraer un cáncer. La agencia finesa STUK, la agencia alemana BfS o el gobierno francés, también han pedido limitar el teléfono móvil a los menores.
- El proyecto INTERPHONE, que aún no tiene las conclusiones finales, sí ha determinado que el uso del móvil puede incrementar las posibilidades a largo plazo de contraer un tumor en la glándula parótida (Israel), gliomas y neurinomas acústicos (Dinamarca, Finlandia, Noruega, Reino Unido, Francia y Suecia). Los meta-análisis de Hardell y de Armstrong, desde luego que ratifican la existencia de un riesgo para la salud.
Creo que el artículo del Sr. López Jiménez puede darse por contestado sin alusiones de medios de comunicación sensacionalistas. Simplemente, con la ciencia y la investigación.
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