(Fuente: Microwave News; imagen: Science Magazine)
Cuánto hemos tenido que oir argumentando que la revista SCIENCE indicaba en su número de 29 de agosto de este año, que las radiaciones producidas por la telefonía móvil eran incapaces de dañar el ADN y que, encima, el único estudio que concluía que sí eran capaces de hacerlo (el del Dr. Hugo Rüdiger de la Universidad de Viena), era falso.
Enseguida respondimos con datos y estudios que, a pesar de nuestro respeto por SCIENCE -a la que consideramos la publicación científica nº1-, mostramos que ésta también puede equivocarse. Como así ha reconocido. En el número del 28 de noviembre, ha publicado un carta del neurocirujano Vini Khurana en el que se muestra un estado del arte de estudios revisados por pares que demuestran justamente lo contrario: que las radiaciones de la telefonía móvil SÍ pueden dañar el ADN.
La autora del artículo de agosto, Gretchen Vogel, se ha escusado diciendo que romper no es lo mismo que dañar el ADN, por lo que dicha distinción le llevo a excluir estudios tan importantes como el de John Aitken.
Esperaremos a ver qué dicen los Sres. Goñi o Gámez, y si la periodista Almudena Cacho dedica el mismo espacio de tiempo a rectificar la información que facilitó en su programa, a pesar de toda la información CIENTÍFICA que facilitamos a su emisora.
01 diciembre 2008
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