(Fuente: Pedro Belmonte, BBC y Wikipedia)
Nuestros gobernantes anunciaron que iban a promover e impulsar las nuevas tecnologías en las escuelas. A algunos ya les han traído a las aulas incluso los ordenadores prometidos. Quizás faltos de contenido, pero sin preocuparse de su conexión a Internet. ¿Y cómo los conectan?. Lo más fácil, rápido y económico: por WiFi, sin cables.
Queremos alertar que una decisión así no se puede tomar tan a la ligera cuando se trata de poner un nuevo foco más de emisiones electromagnéticas (CEM) en medio de un grupo de población sensible como son los niños. Pedro Belmonte lo explica muy bien en su artículo 'WiFi en las escuelas: ¡no, gracias!'
Recomendamos también la carta abierta del pasado 29 de octubre de 2008, del asesor en telecomunicaciones inalámbricas y miembro de la British Computer Society, el Dr. Grahame Blackwell, quien alertaba de los peligros para la salud que puede suponer el WiFi.
Nuestros menores sí que tienen que estar formados en nuevas tecnologías, pero hay que actuar con precaución a la hora de ofrecerles la conexión a Internet. Hay que tratar de reducir su exposición a CEM (aunque viven rodeados), sobre todo en estas edades, y cuando existen otras posibilidades. Alternativas al WiFi sí que existen y, en este caso, suponen mayores ventajas técnicas de velocidad, estabilidad, seguridad y calidad en las comunicaciones.
Ayer se aprobó un nuevo estándar WiFi: el 802.11n, cuyas velocidades de transmisión reales son de 150 Megabits por segundo (Mbps), pero con picos que podrían llegar hasta los 200 Mbps (la velocidad del cableado Ethernet normal es de 100 Mbps, aunque podemos llegar a 1.000Mbps o 10.000Mbps). Este nuevo WiFi envía una señal (ondas RF) a dos o más antenas, para posteriormente recogerlas y reconvertirlas en una sola. Resumiendo, que se necesitarán más antenas para poder llegar a una velocidad similar al cableado (pero que no asegura la calidad, estabilidad y seguridad de la transmisión, como sucede con Ethernet).
Por cierto, de entre los problemas que se achacan a la exposición de CEM podemos reseñar la falta de concentración y la pérdida de memoria. Son dos motivos más para, por precaución, evitar en la medida de lo posible el WiFi en las escuelas y sustituirlo por conexiones por cable (por ejemplo, Ethernet).
1 comentario:
También se habla de que las ondas producen, migrañas e insomnio, pues mira que bien para los escolares, no te digo yo como va a incrementarse el fracaso escolar.
Y eso hablando de los alumnos que luego en los centros también están los profesores y otros trabajadores (secretarias, bedeles, servicio de comedor, etc.).
Además de ese cable del que hablais existe también la fibra óptica y la conexión por medio de red eléctrica.
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