(Fuente: ICNIRP; imagen: Nardast)
El Comité Internacional para la Protección de las Radiaciones No Ionizantes, (ICNIRP)-empresa privada, por cierto, cuya sede está en la Agencia alemana BfS - parece que empieza a revisar los niveles de exposición a los campos electromagnéticos (CEM) que propuso hace 10 años y que la mayoría de los países adoptaron en sus leyes (actualmente hay 9 países europeos que a nivel nacional o regional han establecido niveles de exposición mucho más estrictos).
Paolo Vecchia, Presidente de ICNIRP estuvo en la conferencia londinense Radiation Research Trust, en septiembre de 2008, y dijo que los niveles propuestos por el ICNIRP no son niveles obligatorios de seguridad, que no son la "última palabra" sobre esta cuestión.
Esta declaración deja claro que la decisión es política, y deben ser los responsables políticos quienes promuevan medidas urgentes para establecer directrices basadas en los efectos biológicos y no basarse sólo en los niveles térmicos, como ya sucedió con las recomendaciones del ICNIRP de 1998.
Al menos, algo podrán decir a mediados de este año sobre las revisiones que están haciendo tanto de los niveles de referencia que propusieron, como de los estudios que relacionan a los CEM con efectos biológicos y otros estudios epidemiológicos.
Esperemos que no hagan como sus amigos de la Organización Mundial de la Salud, a la que el Parlamento Europeo ha dado un tirón de orejas por tener que esperar hasta el 2015, su fecha objetivo para evaluar plenamente el impacto en la salud humana de los campos electromagnéticos. Claramente jugando a marear la perdiz y ganar tiempo...
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1 comentario:
Está interesante tu artículo, me ha servido mucho para un proyecto que estoy realizando sobre las antenas de celulares. Es cierto lo que dices, es el gobierno el que tiene que tomar las medidas necesarias y no esperar a que otros lo hagan. Pero más importante, la misma comunidad debe velar por su propio bienestar exigiendo que se cumplan las leyes de protección de la radiación electromagnética, aunque aún no se esté comprobada su nocividad complemtamente. Mejor es prevenir que lamentarnos.
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