Un grupo de científicos ha pedido en Estados Unidos, en Canadá y en otros países que se establezcan normas más estrictas referentes a la utilización de la telefonía móvil por parte de los menores, tras el hallazgo de un estudio científico sueco, que encontró un riesgo de 5,2 veces más de posibilidades de contraer tumores cerebrales malignos en los niños que comienzan a utilizar los teléfonos móviles antes de los 20 años.
En la edición actual de la publicación Pathophysiology, se han revisado estudios e investigaciones acerca de los efectos biológicos de la exposición general a las tecnologías inalámbricas y dispositivos como teléfonos móviles, teléfonos inalámbricos, WiFi y antenas de telefonía móvil.
Los resultados de los 15 estudios realizados por investigadores de seis países diferentes, que examinaron los efectos de las radiaciones de campos electromagnéticos (CEM) y de radiofrecuencias en células vivas y en la salud de los seres humanos, llevaron al Dr. David Carpenter, director del Instituto para la Salud y el Medio Ambiente de la Universidad en Albany, a solicitar a los organismos gubernamentales que elaborasen políticas de precaución."Lo que destaca es la consistencia de la asociación de la exposición y las enfermedades. Las pruebas, tal como yo las veo, son lo suficientemente fuertes que tienen que generar advertencias públicas: es necesario que haya nuevas normas de exposición, ya que las actuales - en Canadá, los Estados Unidos o cualquier otro país - no sirven para la protección de la salud humana".
El catedrático de la investigación y editor Martin Blank, (catedrático adjunto del Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia) dijo: "Este número especial de Pathophysiology trata de la sensibilidad del cuerpo humano a las señales de los campos electromagnéticos en el ambiente. Por ejemplo, los efectos de los CEM en el ADN, los efectos de la radiación del móvil en el cerebro y cómo los CEM en el ambiente pueden producir enfermedades como el Alzheimer, demencia y cáncer de pecho. Estas pruebas científicas nos dicen que nuestras normas de seguridad son inadecuadas y que debemos protegernos de la exposición a los CEM causada por los cables de energía, teléfonos móviles y similares."
El biólogo de fauna silvestre Alfonso Balmori, de Valladolid, España informa que: “La radiación electromagnética es una forma de contaminación ambiental que puede dañar a la fauna silvestre. Las antenas de telefonía móvil ubicadas en las áreas donde viven, están irradiando continuamente a algunas especies que podrían sufrir efectos a largo plazo, como la disminución de sus defensas naturales, deterioro de su salud, problemas de reproducción y reducción de su territorio útil por deterioro del hábitat. Por lo tanto, la contaminación de microondas y radiofrecuencia constituye una causa potencial para la disminución de las poblaciones de animales y el deterioro de la salud de las plantas que viven cerca de las antenas de telefonía."
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