06 julio 2006

Gracias por escucharnos y mandarnos... al PP

Cuando vamos al Ayuntamiento nos dicen que nuestras quejas las expongamos al PP ya que fue Aznar quien aprobó el Real Decreto 1066/2001 de protección del espacio radioeléctrico. ¡Qué pronto olvidan que el Sr. Alcalde se basó con total tranquilidad en un reglamento del 17 de junio de 1955 (vamos, que nos salió franquista el tema) para aprobar un decreto que luego tuvo que anular y que la Ararteko recomendó retirar!. Si nos llegamos a quejar igual nos manda al Valle de los Caídos... Quizás para evaluar el impacto visual.

Eso sí, ahora no le interesa "intervenir en las actividades de los administrados, en el ejercicio de la función de policía, cuando exista perturbación grave de la tranquilidad, seguridad, salubridad o moralidad ciudadanas, con el fin de restablecerlas o conservarlas". Porque desde luego la antena sí que está perturbando la tranquilidad, la seguridad y salubridad de muchos vecinos...

Imagino que, como no pertenecemos a ningún lobby de telecomunicaciones ni tenemos ningún tipo de influencia ni económica ni política, el Ayuntamiento hará lo que más convenga a la legalidad (¿y quién es ese?) en vez de a la mayoría de los vecinos del entorno de la antena. Eso sí, esta vez un barrio de Las Arenas no tiene el derecho a decidir sobre su salud, que ya lo hará el alcalde. Debe de ser porque no somos un sujeto político, sino un sujeto preocupado e intranquilo por su salud, la de sus hijos y la de sus mayores.

No vamos a utilizar la demagogia. El móvil lo utilizamos la mayoría, y para que funcione se necesitan antenas que den cobertura. Lo que pedimos es que éstas no se pongan tan cerca de las casas y de zonas tan densamente pobladas, sobre todo de público infantil y de gente mayor.

Insistimos en que no hay estudios epidemiológicos que avalen la inocuidad de las antenas, que esperen a que lo tengamos encima de la mesa o que esperen a que las aseguradoras cubran la responsabilidad civil causada por la contaminación electromagnética. A qué no ven ésto ni mis tataranietos... Obviamente no. ¿Por qué será?. Si una antena no hace nada...

Tan sólo recordar que
el Artículo 43 de la Constitución declara como uno de los derechos básicos de la persona el derecho a la protección de la salud, y reafirma la obligación de los poderes públicos, como es el caso del Ayuntamiento de Getxo, de organizar y tutelar la salud a través de medidas preventivas. Estos fundamentos suponen el que la Administración, en cualquiera de sus actividades, tenga presente que el primer interés que debe proteger, cualquiera que sea el interés contrapuesto, es el de los ciudadanos, y más en concreto, la salud de los mismos, que estaría por encima de otros intereses de tipo económico o tecnológico.

Ya me gustaría creerme de verdad este cuento...

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