Eso sí, ahora no le interesa "intervenir en las actividades de los administrados, en el ejercicio de la función de policía, cuando exista perturbación grave de la tranquilidad, seguridad, salubridad o moralidad ciudadanas, con el fin de restablecerlas o conservarlas". Porque desde luego la antena sí que está perturbando la tranquilidad, la seguridad y salubridad de muchos vecinos...
Imagino que, como no pertenecemos a ningún lobby de telecomunicaciones ni tenemos ningún tipo de influencia ni económica ni política, el Ayuntamiento hará lo que más convenga a la legalidad (¿y quién es ese?) en vez de a la mayoría de los vecinos del entorno de la antena. Eso sí, esta vez un barrio de Las Arenas no tiene el derecho a decidir sobre su salud, que ya lo hará el alcalde. Debe de ser porque no somos un sujeto político, sino un sujeto preocupado e intranquilo por su salud, la de sus hijos y la de sus mayores.
No vamos a utilizar la demagogia. El móvil lo utilizamos la mayoría, y para que funcione se necesitan antenas que den cobertura. Lo que pedimos es que éstas no se pongan tan cerca de las casas y de zonas tan densamente pobladas, sobre todo de público infantil y de gente mayor.
Insistimos en que no hay estudios epidemiológicos que avalen la inocuidad de las antenas, que esperen a que lo tengamos encima de la mesa o que esperen a que las aseguradoras cubran la responsabilidad civil causada por la contaminación electromagnética. A qué no ven ésto ni mis tataranietos... Obviamente no. ¿Por qué será?. Si una antena no hace nada...
Tan sólo recordar que el Artículo 43 de
Ya me gustaría creerme de verdad este cuento...
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