Desde estamentos interesados, se está intentando desprestigiar el trabajo y la lucha de muchas asociaciones de vecinos por todo el país, tratando de mezclar nuestras peticions con transtornos psicosomáticos y la incultura.
Sin ir más lejos, hace 5 meses en Bilbao, patrocinado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y el periódico El Correo, se organizó un evento en el que mezclaban antenas de telefonía móvil con las caras de Bélmez y otros temas paranormales.
Tratan de desprestigiar y rebatir a los grupos sociales que piden que no se instalen antenas a escasos metros de donde viven personas, tratándonos de incultos, antitecnológicos, neurasténicos y demás.
Sin embargo, no todo está tan claro como quieren difundir las operadoras. No sólo existen los estudios que concluyen que "no pasa nada" o los comentarios de la OMS (la misma que esperó hasta 1999 para decir que fumar era perjudicial para el ser humano). También existen otros estudios que advierten del peligro que supone la telefonía móvil. Ya no existe esa unanimidad pretendida de todos los Comités Internacionales para la Protección de las Radiaciones No Ionizantes. Un ejemplo claro lo tenemos en el proyecto Interphone: los científicos llevan cinco años tratando de sacar unas conclusiones que nunca llegan, y la tensión y las presiones son tales que incluso entre algunos colegas han dejado de hablarse.
Y en medio, estamos los ciudadanos y, sobre todo los niños. Si no está todo tan claro, si hay que seguir estudiando aún más: ¿por qué no se actúa con precaución?. ¿Por qué no se evita que el investigado (las operadoras) participen financiando dichos estudios?. ¿Por qué muchos médicos y científicos callan ante esta incertidumbre?
Porque sí que hay desconocimiento por parte del público en general y el lobby de las operadoras prefiere que la gente vea Operación Triunfo a que sepa de la existencia del estudio de Wolf & Wolf.
14 julio 2008
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