23 julio 2007

CEM y salud

(Fuente imagen: José Moya)

La imagen no es la de la subestación que ha dejado hoy a 350.000 personas sin electricidad en Barcelona (fuente: El País). Fue de una en Madrid hace exactamente 3 años. Pero no será la última, habrá más.

Esto nos ha llevado a pensar acerca de las consecuencias de otros generadores de campos electromagnéticos (CEM) como son los transformadores que hay instalados en la planta baja de muchos edificios. El humo negro se ve y llama la atención. Desgraciadamente, las emisiones de CEM no.

Comentábamos hace unos días el nuevo caso del mal de los edificios inteligentes en la nueva sede de Telefónica en Madrid. Esta noticia seguía a los casos ya detectados en Cataluña de lipoatrofia semicircular en las sedes de Gas Natural y de La Caixa. Las notas oficiales achacaban este mal a la electricidad estática y a la baja humedad de estos edificios modernos. No se sabrá con certeza la causa real, pero lo que está claro es que los campos electromagnéticos (CEM) tienen bastante que ver en estos casos.

Podríamos acordarnos también de la noticia que saltó a los medios en octubre del año pasado, del Centro de Proceso de Datos de la Policía en El Escorial (fuente: Madripress), Madrid. Poco se sabe de los resultados, salvo los 6 muertos y 13 casos de cáncer, pero los CEM también tenían algo que ver en toda aquella infraestructura de supercomputadora, inhibidores de frecuencia, antenas y transformadores. O bien podríamos acordarnos de los 15 muertos alrededor de un transformador en un bloque de viviendas de Gran Canaria (fuente: Ecoboletín).

Las últimas noticias nos las hemos encontrado en un juzgado de Alicante (fuente: Diario Información) y en una sucursal del BBVA en la misma ciudad. En ambos casos, un transformador se encontraba a escasos metros del lugar del trabajo y los casos cancerígenos se han visto incrementados hasta niveles bastante anormales: 6 tumores en una plantilla de 13 personas en el primer caso, y 3 enfermedades graves en una plantilla de 4 personas (fuente: Diario Información) en el segundo caso.

Lo mejor de todo es la solución que dan: trasladar al personal, en vez de dar de baja a los transformadores o ponerse a investigar, ya de una vez, las implicaciones que los CEM provocan sobre la salud. Quizás no pueda demostrarse ahora una relación causa-efecto, pero sí el aumento de probabilidad de que se vea afectada la salud. Efecto más que suficiente como para empezar a actuar de manera preventiva, que ya son demasiados enfermos y demasiados muertos. Que se lo pregunten sino a la madre de Jairo...

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