04 febrero 2009

OMS: otros que se callan

(Fuente: Avaate, Beyondcreativity; imagen: Neil Cherry)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tampoco quiere reconocer la existencia de estudios que demuestran que los campos electromagnéticos (CEM) producidos por la telefonía móvil sí tienen efectos biológicos que pueden afectar a nuestra salud. Se quedaron anclados en la hoja informativa nº304 de mayo de 2006. Documento al que se aferran las operadoras y sus simpatizantes.

Parece que nada ha cambiado desde entonces. Los estudios epidemiológicos de la base de datos de la OMS que presentó Jean-Luc Guilmot en septiembre de ese año -en donde el 80% alertaban de efectos biológicos, no sirvieron para cambiar ni una coma. Es más, a los responsables de la OMS Valverg, Emilie Van Deventer y su mentor Repacholi -trabajando para la Industria generadora de CEM (conflicto de intereses)- se les ocurrió contestar que, basándose en los estudios disponibles, es impensable que los niveles de exposición de CEM permitidos afectasen "negativamente" a nuestra salud. ¡Si los niveles máximos establecidos se basan sólo en los efectos térmicos y obvian los posibles efectos biológicos!.

Pero los estudios de los que disponían, como los presentados por Guilmot, decían todo lo contrario: el informe del 2006-2007 para la OMS del Comité Nacional Ruso para la Protección de las Radiaciones No-Ionizantes lo dejaba bastante claro: "se espera un incremento en el riesgo de cáncer en los niños debido a la exposición a los CEM". En mayo del 2006 una recopilación de más de 900 estudios señalaba que casi un 60% de ellos concluían con efectos biológicos de los CEM, cercano al 68% de otro estudio de la Universidad de Basilea (Suiza) que recogía 59 estudios válidos hasta el 2005.

Por si no fuese suficiente, y dado que no le han contestado aún, a finales de enero de 2009 Jean-Luc Guilmot ha vuelto a escribir una carta a la OMS informando de la existencia en su base de datos de 14 estudios epidemiológicos revisados sobre las antenas de telefonía móvil, 10 de los cuales encontraron incrementos significativos de los síntomas [biológicos] que estaban analizando.

Recordemos que una reciente Resolución del Parlamento Europeo ha pedido que se reduzca la exposición de la población a dichas radiaciones no ionizantes, y que declara obsoletos e insuficientes los límites de exposición establecidos legalmente.

Pero les da igual. La OMS contestará con más silencio: político, que no científico. Silencio que significará aire para las operadoras y afines.

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