06 mayo 2010

Informe de Canadá 1973

(Fuente e imagen: C. Sosa)

Pensábamos que el grupo de estudios titulado Biological Effects and Health Hazards of Microwave Radiation, de 1974, (International Simposium Internacional, Varsovia 15-18 Octubre de 1973, avalado por la OMS -B.H. Dieterich-) era uno de los más antiguos que hablaban de las radiaciones electromagnéticas (CEM) y de sus efectos térmicos, efectos sobre el sistema nervioso central, sobre las células, sobre las proteínas, sobre los ojos, etc.

Ahora nos encontramos otro anterior, de 1973. Un estudio canadiense de ingenieros sobre la materia. En él sea abordan los efectos térmicos y no térmicos de los CEM que producen las ondas microondas. De manera muy importante, aporta varias explicaciones sobre los mecanismos ultra-estructurales que median la producción de efectos no térmicos.

Es interesante ver cómo en 1973 la extinta Checoslovaquia ya establecía un nivel máximo de exposición de 1 µW/cm² para emisiones permanentes de CEM. Ya en aquel entonces los países del Este, que conocían mejor la tecnología, tenían límites más estrictos que los países de occidente.

El proyecto de campos electromagnéticos de la OMS, iniciado en 1996, ha insistido en que los mecanismos no se conocen. ¿Seguro?.


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