El programa de investigación británico de las tecnologías móviles y la salud (MTHR) ha publicado recientemente el informe 2007. El grupo de investigadores, que ya ha publicado 23 estudios científicos desde 2001, está financiado a partes iguales entre el gobierno británico y la inustria de la telefonía móvil. El presupuesto que maneja es de 12,91 millones de Euros.
En dicho informe podemos observar como no han encontrado relación entre el uso del teléfono móvil y el riesgo de padecer un tumor cerebral o un cáncer en el sistema nervioso. Eso sí, siempre hablando de un tiempo de exposición inferior a 10 años. Tampoco han encontrado que la exposición a radiofruencias afecte a la función del cerebro. En relación a la hipersensibilidad eléctrica, no han encontrado una relación convincente que pueda apùntar a los teléfonos móviles o a las antenas como los causantes de este tipo de mal. Tan sólo creen necesario realizar más estudios de las señales de los sistemas TETRA y las estaciones base de radio de los servicios de emergencia.
En relación a los posibles efectos biológicos sobre las células, han estudiado la señal del ión calcio y la producción de proteínas de estrés. Se ha visto que la reacción de estas últimas era debido al calor y no han encontrado evidencia alguna de efectos sobre las células.
El grupo de científicos también ha estudiado los niveles de emisión de picoantenas y han revelado que éstas emiten más emisiones a los vecinos colindantes que las propias antenas típicas de estaciones base de telefonía móvil.
Indicar que también se han gastado parte del presupuesto en dictaminar que hablar por el móvil mientras se conduce incrementa el riesgo de tener un accidente, pero no mucho más que el que tiene otro tipo de distracciones al volante.
Finalmente, el estudio concluye que no se puede descartar que las radiaciones utilizadas por la telefonía móvil puedan promover la aparición del cáncer u otro tipo de enfermedades, como el Alzheimer o el Parkinson, a largo plazo. Asimismo, el responsable de la investigación, Lawrie Challis, declaró (fuente: PCPro) que es posible que los niños sean más sensibles a las radiaciones de la telefonía móvil y dejó caer que, por tanto, se debería tratar de que éstos no utilizaran la telefonía móvil como medida de precaución.
Indicar que este estudio ha salido a la luz tan sólo 12 días después de publicarse el Informe BioInitiative, de conclusiones bien distintas.
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