Fuente: EuropaPress
Científicos y médicos de la talla de Lennart Hardell, Olle Johansson o Henry Lai, entre otros, acaban de alertar de los posibles graves efectos que pueden causar las exposiciones a largo plazo de las radiaciones de campos electromagnéticos (EMF) y de radiofrecuencias (RF), producidas principalmente por la telefonía móvil, la alta tensión, sistemas inalámbricos, etc.
El informe BioInitiative, publicado el pasado 31 de agosto de 2007, documenta las pruebas científicas de que la exposición a los EMF y RF es la responsable de casos de leucemia infantil, de causas que producen desórdenes del sueño, dolor de cabeza, problemas con la memoria y concentración y otros síntomas físicos adversos (efectos genotóxicos, efectos sobre la función inmune, efectos sobre las neuronas y el comportamiento, efectos sobre la melatonina, promoción del cáncer de mama, etc...).
Los especialistas hacen un llamamiento a los responsables en la toma de decisiones que el negocio como se ha estado llevando hasta ahora es inaceptable, y que los límites internacionales para la exposición pública y profesional a las radiaciones EMFs y RF no son de protección de la salud pública.
Esperemos que este informe deje al descubierto, cuando menos, el poco consenso que existe en la comunidad científica acerca de los efectos sobre la salud de las radiaciones no ionizantes, y que nuestros políticos apliquen, en vista de esta situación, el Principio de Precaución. Asimismo, médicos y científicos deberían realizar buena planificación sanitaria pública para prevenir cánceres y enfermedades relacionadas con la exposición a estas radiaciones.
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