La electrohipersensibilidad (EHS) no es ninguna invención psicosomática de unos locos, que bastantes interesados quieren hacernos creer. Los científicos lo están estudiando. Y por algo será. El último estudio al respecto, de septiembre de 2011, demostraba como una persona sufría reacciones somáticas, estadísticamente fiables, como respuesta a la exposición a campos electromagnéticos (CEM), en condiciones que excluyen razonablemente la relación causal de los procesos psicológicos.
Los especialistas y usuarios reclaman, preocupados por los efectos sobre la salud de los CEM de los móviles o del WiFi, entre otros, más estudios científicos e implicación por parte de las administraciones públicas. Algunos de los realizados hasta la fecha ofrecen datos preocupantes. En Suecia, las personas que sufren electrosensibilidad han pasado de ser el 0,63% de la población en el año 1995, al 9% en el año 2004. En Austria, el porcentaje ha subido del 1,5% en 1995 al 13,3% en 2003. Según los científicos suecos Örjan Hallberg y Gerd Oberfeld, dos de los investigadores independientes que han trabajado más en este campo, en el año 2017 la mitad de la población mundial podría sufrir esta dolencia.
En las personas sensibles a la exposición a CEM, encontramos que provoca síntomas como vómitos, dolor de cabeza, mareos, depresión, irritabilidad o pérdida de memoria a corto plazo. Algunos expertos creen que los afectados tienen un sistema inmunológico débil o que hay personas más sensibles a estos campos electromagnéticos. Al igual que el asma u otras alergias, no todas las personas son electrohipersensibles. Factores genéticos y medioambientales también juegan un importante papel.
Según el Comité de Medio Ambiente, Agricultura y Asuntos Locales y Regionales de la UE, "hay indicios suficientes o niveles de evidencia científica de efectos biológicos nocivos, suficientes para invocar la aplicación del principio de precaución y de medidas eficaces, preventivas urgentes". De este modo, ha decidido proponer a los países de la UE que tomen medidas sobre el uso de móviles y redes inalámbricas, y una de ellas pasaría por prohibir ambos en guarderías y colegios.
1 comentario:
Vaya aquí están los estudios que no existían ...
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