Los médicos que utilizan radiaciones, en este caso ionizantes, principalmente con la tecnología de la tomografía computerizada (CT o TAC), que utiliza Rayos X para obtener imágenes detalladas del cuerpo, han decidido buscar soluciones para reducir los niveles de radiación a los que están expuestos sus pacientes, principalmente los niños/as y así minimizar sus efectos.
Según la ICRP (Comisión Internacional de Protección Radiológica), la diferencia de radiaciones para diagnósticos médicos recibidas entre 1991 y 96 y las recibidas entre 1997 y 2007 se ha incrementado un 70%. Y entre un 6% a un 11% del total de todos los TACs, que pueden implicar altas dosis de radiaciones, se realizan a niños/as.
El número de mayo de 2011 de 'Diagnostic Imaging Europe' (páginas 28, 29, 30 y 31) sigue esta misma línea, mostrando las últimas tecnologías para reducir las dosis de radiación en los diagnósticos con TACs.
Si los propios médicos están tratando de reducir los niveles de exposición a radiaciones ionizantes con equipos y tecnologías que ya emiten por debajo de los límites legales, tanto la Industria como la Administración deberían plantear lo mismo para las radiaciones no ionizantes. Y los médicos están tratando con la salud, algo más fundamental y crítico que las comunicaciones.
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