El Misisterio de Industria ya no supervisa las instalaciones de puntos de acceso WiFi públicas. El marco que regula la explotación de redes WiFi por parte de las Administraciones Públicas deja huérfano el control del despliegue este tipo de instalaciones que podemos encontrar ya en multitud de espacios públicos.
Profesionales de las telecomunicaciones comentan que el impacto de las emisiones de la telefonía móvil en la salud de los usuarios es inapreciable, ya que la radiación que emiten es diez veces inferior a un teléfono móvil. Pero, repetimos, no sólo hay que tener en cuenta la potencia de emisión, sino también la distancia al foco de las radiaciones no ionizantes (el punto de acceso) y el tiempo de exposición (efecto acumulativo). Pequeñas dosis de radiación acumuladas durante mucho tiempo pueden tener un efecto dañiño.
Sin embargo, estos mismos profesionales advierten que estas instalaciones WiFi, al no estar sometidas a ninguna disciplina normativa de supervisión, podrían ser manipuladas con el objetivo de incrementar la potencia o la cobertura de sus redes inalámbricas, con el riesgo que eso podría representar para los ciudadanos que utilizan dichos servicios.
De ahí que, hasta los propios especialistas del sector, pidan que se mantenga un control sobre este tipo de instalaciones.
1 comentario:
Teneis razón pero permitirme solo añadir que también hay que tener en cuenta, el número de aparatejos wifi (y otros aparatos inalámbricos), que nos rodéan, no es lo mismo tener un wifi cerca que 10, no es lo mismo tener 10 que 100 y también hay que tener en cuenta la frecuencia a la que emite el wifi, independientemente de la potencia, hay frecuencias que nos acercan a la frecuencia a la que emite un microondas, concrétamente la de los wifis así suelen ser, por lo que creo que el control en este tema es IMPRESCINDIBLE.
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