(Fuente imagen: Next-up; fuente: Microwave News)
Un nuevo estudio ha salido a la luz el pasado lunes 11 de febrero, en la publicación científica BioMed Central Genomics (factor de impacto 4,03). Para los cautos, indicar que este estudio ha sido contrastado (peer reviewed) antes de ser publicado.
El catedrático investigador Dariusz Leszczynski y científicos de la Autoridad Nacional de Finlandia para la Seguridad Nuclear y de Radiaciones (STUK) han finalizado un estudio que demuestra que, una exposición a las radiaciones procedentes de la telefonía móvil, es capaz de alterar la producción de proteínas en la piel humana. Una hora de exposición a emisiones GSM (900 MHz), con una tasa de absorción de 1,3 W/Kg (bastante por debajo del límite legal de 2,0 W/Kg) significó una cambio en el comportamiento de ocho proteínas diferentes.
Leszczynski apuntó que ha podido demostrar con personas que la telefonía móvil tiene efectos biológicos. Que el cuerpo humano reconoce estas radiaciones de baja intensidad y reacciona ante esta exposición.
Asimismo, otro grupo de investigadores del departamento de biología de la Université Blaise Pascal, de Francia, ha presentado un estudio por el que demuestra que las mismas radiaciones no ionizantes GSM de 900 MHz, con una intensidad de campo eléctrico de 5 V/m (muy lejos de los 41,25 V/m establecidos como límite en el RD 1066/2001 ) producen una transmisión de señales traumáticas a las plantas y afectan a su metabolismo del calcio, que responde así a dicha estimulación electromagnética. El estudio ha sido presentado en la publicación Planta.
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