03 febrero 2009

Silencios "científicos" que dicen mucho

(Fuente: MicrowaveNews; imagen: PATMA)

El pasado mes de enero, dos iniciativas - francesa y finlandesa- trataban de proteger a los niños de las radiaciones de la telefonía móvil. La Finnish Radiation and Nuclear Safety Authority (STUK) recomendaba a los padres que limitasen a sus hijos el uso de los teléfonos móviles. Asimismo, el Gobierno francés anunciaba una serie de propuestas sanitarias, entre las que incluía prohibir teléfonos móviles para los menores de 6 años, y prohibir la publicidad de móviles dirigida a los menores de 12 años.

La STUK se ha unido así a varias Agencias Europeas para la Protección de las Radiaciones—como las de Bélgica, Francia, Rusia, Suecia y el Reino Unido— que promueven políticas preventivas en el uso de los móviles por parte de los niños. La Oficina de Alemania para la Protección de la Radiación (BfS) también alertó para que los usuarios del móvil lo utilizaran con precaución. El Departamento de Salud del Reino Unido fue el primero en alertar sobre este asunto en el año 2000, tras las recomendaciones del informe Stewart. El BfS alemán advirtió al año siguiente de que "los padres deberían mantener a sus hijos lejos de esta tecnología lo máximo posible".

Mientras tanto, la famosa Comisión Internacional para la Protección de las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP) -organismo privado-, sobre cuyas propuestas basan nuestro 'protector' R.D. 1066/2001, sigue deslumbrando. Sigue manteniendo un inquietante silencio, tras 1o años.

Lo peor de todo es que tres miembros del ICNIRP forman parte también de las agencias para la protección de las radiaciones que han recomendado precaución: ¿cómo puede entenderse su actitud?. Rüdiger Matthes, vicepresidente de la comisión, dirige el equipo de Non-Ionizing Radiation Dosimetry en la BfS alemana; Richard Saunders fue el antiguo responsable del equipo Non-Ionizing Radiation Effects Group en la Agencia de Protección de la Salud del Reino Unido (HPA) y aún trabaja a tiempo parcial en la HPA; y Tony Swerdlow, responsable del Grupo Asesor para las Radiaciones No-Ionizantes del HPA. Obviamente, ninguno de estos dos últimos miembros del ICNIRP sigue las recomendaciones de Sir William Stewart, el presidente del HPA, que ha reiterado la necesidad de aplicar el principio de precaución muchas veces a lo largo de estos años, la última vez el pasado septiembre en la londinense Radiation Research Conference.

Otro miembro del ICNIRP es Bernard Veyret de la Universidad de Bordeaux. Otro que también está en silencio cuando el Ministerio de Sanidad francés recomienda que los menores no utilicen el móvil, así como cuando Lyon -la segunda cidad más grande de Francia- lanza una campaña para advertir "Dí NO a los móviles para los menores de 12 años".

En octubre, Kari Jokela -del STUK finlandés- y Maria Feychting -ligada a la Agencia sueca Swedish Radiation Safety Authority- también se incorporaron al ICNIRP. Un alumno de Feychting, Stefan Lönn, encontró que los usuarios de móviles de más de 10 años tenían altas probabilidades de contraer neurinomas acústicos. ¿Alertarán de algo en dicha comisión?

El ICNIRP debería seguir las recomendaciones de uno de sus tocayos científicos en Moscú: el Russian National Committee on Non-Ionizing Radiation Protection (RNCNIRP). Los rusos ya alertaron que "el riesgo potencial para la salud de los niños es muy elevado" y que "es nuestra obligación profesional no dañar la salud de los menores debido a la inactividad."

Sus silencios desgraciadamente no cambian la base de nuestras leyes de protección, pero ya dicen mucho...

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